jueves, 27 de diciembre de 2012
La carrera
“Se organizó en seguida la
carrera. Y has de saber, amado Adonis, que, mientras esperaba la señal,
Hipómenes me invocó con todo su fervor. Y yo te aseguro que Atalanta, que jamás
sintió sus heridas amorosas, llevaba ya un flechazo en el pecho. “¡Oh diosa –me
rezaba él- a quien se adora en Citerea!... ¡Apoya mi empresa! ¡Ilumíname con
tus candelas jamás amortiguadas!” Yo… fui sensible a sus ruegos, y como no
había tiempo que perder, le insinué los favores que me pedía. En la isla de
Chipre hay un campo que los habitantes llaman Tamadere y que me fue consagrado
hace mucho tiempo. En medio de dicho campo se eleva un árbol cuyas hojas y
cuyos frutos son de oro. Yo cogí tres manzanas refulgentes y se las di a
Hipómenes. En cuanto las trompetas dieron la señal, yo lo vi partir a una
velocidad tal que parecía llevar alas en los pies. Sin embargo, te confieso,
¡oh Adonis adorado!, que tuve la sospecha de que Atalanta pudo vencerle mil
veces… y, no obstante, aflojaba su ímpetu para que él la alcanzase. Por fin, el
orgulloso la impidió transigir y se adelantó. Hipómenes, entonces, puso en
práctica mis consejos. Arrojó una de las manzanas contra los talones de ella
haciéndole perder velocidad y coraje. Bien pronto repuesta, volvió a pasarle.
Hipómenes le arrojó la segunda manzana, y Atalanta quedóse atrás. El corredor
aún se acordó de mí: “¡Oh diosa que tanto me favoreces… acaba tu milagro!”
Pronunciando estas palabras arrojó la tercera manzana. Llena de curiosidad, por
tercera vez Atalanta se entretuvo en coger el fruto de oro. En su regazo, las
tres manzanas, cada vez más macizas, le servían de impedimento. Llegó Hipómenes
el primero a la meta. Y ella tuvo que entregarse al vencedor…. Agradecido,
quiso el muchacho ofrendarme sacrificios”. “Estaba extenuado, más que por la
carrera, por la violación de Atalanta, acto que no había querido demorar. Los
dos juntos, lentamente, fatigadamente, se entraron en una gruta dedicada a la
diosa Cibeles.”
Publio Ovidio Nasón
Las metamorfosis
miércoles, 26 de diciembre de 2012
El velo
Y un poeta dijo: Háblanos de la Belleza.
Y él respondió:
¿Dónde buscaréis la belleza y cómo haréis para encontrarla a menos que ella misma sea vuestro camino y vuestro guía?
¿Y cómo hablaréis de ella, a menos que ella misma teja vuestro hablar?
El agraviado y el injuriado dicen: "La belleza es gentil y buena. Camina entre nosotros como una madre joven, casi avergonzada de su propia gloria"
Y el apasionado dice: "No, la belleza es cosa de poder y temor, como una tempestad sacude la tierra bajo nuestros pies y el cielo sobre nosotros."
El cansado y rendido dice: "La belleza es hecha de blandos murmullos. Habló en nuestro espíritu. Su voz se rinde a nuestros silencios como una débil luz que se estremece de miedo a las sombras."
Pero el inquieto dice: "La hemos oído dar voces entre las montañas. Y, con sus voces, se oyó rodar de cascos y batir de alas y rugir de leones."
Durante la noche, los serenos de la ciudad dicen: "La belleza vendrá del este, con el alba."
Y, al mediodía, los trabajadores y los viajeros dicen: "La hemos visto inclinarse sobre la tierra desde las ventanas del atardecer."
En el invierno, dice el que se halla entre la nieve: "Vendrá con la primavera, saltando sobre las colinas."
Y, en el calor del verano, los cosechadores dicen: "La vimos danzando con las hojas de otoño y tenía un torbellino de nieve en su pelo."
Todas estas cosas habéis dicho de la belleza.
Pero, en verdad, hablasteis, no de ella, sino de vuestras necesidades insatisfechas.
Y la belleza no es una necesidad, sino un éxtasis.
No es una sedienta boca, ni una vacía mano extendida.
Sino, más bien, un corazón ardiente y un alma encantada:
No es la imagen que veis ni la canción que oís.
Sino, más bien, una imagen que veis cerrando los ojos y una canción que oís tapándoos los oídos.
No es la savia que corre debajo de la rugosa corteza, ni el ala prendida a una garra.
Sino, más bien, un jardín eternamente en flor y una bandada de ángeles en vuelo eternamente.
Pueblo de Orfalese, la belleza es la vida, cuando la vida descubre su sagrado rostro.
Pero vosotros sois la vida y vosotros sois el velo.
La belleza es la eternidad que se contempla a sí misma en un espejo.
Pero vosotros sois la eternidad y vosotros sois el espejo.
Y él respondió:
¿Dónde buscaréis la belleza y cómo haréis para encontrarla a menos que ella misma sea vuestro camino y vuestro guía?
¿Y cómo hablaréis de ella, a menos que ella misma teja vuestro hablar?
El agraviado y el injuriado dicen: "La belleza es gentil y buena. Camina entre nosotros como una madre joven, casi avergonzada de su propia gloria"
Y el apasionado dice: "No, la belleza es cosa de poder y temor, como una tempestad sacude la tierra bajo nuestros pies y el cielo sobre nosotros."
El cansado y rendido dice: "La belleza es hecha de blandos murmullos. Habló en nuestro espíritu. Su voz se rinde a nuestros silencios como una débil luz que se estremece de miedo a las sombras."
Pero el inquieto dice: "La hemos oído dar voces entre las montañas. Y, con sus voces, se oyó rodar de cascos y batir de alas y rugir de leones."
Durante la noche, los serenos de la ciudad dicen: "La belleza vendrá del este, con el alba."
Y, al mediodía, los trabajadores y los viajeros dicen: "La hemos visto inclinarse sobre la tierra desde las ventanas del atardecer."
En el invierno, dice el que se halla entre la nieve: "Vendrá con la primavera, saltando sobre las colinas."
Y, en el calor del verano, los cosechadores dicen: "La vimos danzando con las hojas de otoño y tenía un torbellino de nieve en su pelo."
Todas estas cosas habéis dicho de la belleza.
Pero, en verdad, hablasteis, no de ella, sino de vuestras necesidades insatisfechas.
Y la belleza no es una necesidad, sino un éxtasis.
No es una sedienta boca, ni una vacía mano extendida.
Sino, más bien, un corazón ardiente y un alma encantada:
No es la imagen que veis ni la canción que oís.
Sino, más bien, una imagen que veis cerrando los ojos y una canción que oís tapándoos los oídos.
No es la savia que corre debajo de la rugosa corteza, ni el ala prendida a una garra.
Sino, más bien, un jardín eternamente en flor y una bandada de ángeles en vuelo eternamente.
Pueblo de Orfalese, la belleza es la vida, cuando la vida descubre su sagrado rostro.
Pero vosotros sois la vida y vosotros sois el velo.
La belleza es la eternidad que se contempla a sí misma en un espejo.
Pero vosotros sois la eternidad y vosotros sois el espejo.
Gibrán Khalil Gibrán
El profeta
martes, 25 de diciembre de 2012
lunes, 24 de diciembre de 2012
jueves, 20 de diciembre de 2012
Migueles
“Antes de proseguir conviene digamos aquí algo, aunque
sea de refilón, pues otra cosa no merecen, de esos sujetos vanos y petulantes que
se atreven á sostener que Don Quijote y Sancho mismos no han existido nunca, ni
pasan de ser meros entes de ficción.
Sus razones, aparatosas é hinchadas, no merecen
siquiera de refutación; tan ridiculas y absurdas son. Da bascas y grima el
oirías, Pero como hay personas sencillas que reducidas por la aparente autoridad de los que vierten tan apestosa
doctrina, les prestan oído atento, conviene llamarles la atención sobre ello
y que se atengan á lo que viene ya recibido desde tanto tiempo, con asenso y aplauso de los más doctos y
más graves. Para consuelo y corroboración de las gentes sencillas y de buena
fé, espero, con la ayuda de Dios, escribir un libro en que
se pruebe con buenas razones y con mejores y muy numerosas autoridades— que es lo que en esto vale— cómo Don Quijote y Sancho
existieron real y verdaderamente, y pasó todo cuanto se nos cuenta de ellos,
tal y como se nos cuenta. Y allí probaré que aparte de que el
regocijo, consuelo y provecho que de esta historia se saca es razón más que
bastante en abono de su verdad, allende esto, si se la niega, hay
que negar otras muchas cosas también, y así vendríamos á zapar y socavar el
orden en que se asienta hoy nuestra sociedad, orden que, como es sabido, es hoy
el criterio supremo de la verdad de toda doctrina.”
Miguel de Unamuno
Vida de Don Quijote y Sancho
Mirando por entre las piernas
“Dé usted la espalda al pino, vaya marchando de frente y mirando hacia atrás por
entre las piernas lo más posible, con la cabeza cercana a la tierra hasta que
vea la copa del árbol; verificando así, mida la distancia que exista desde
donde usted está hasta el tronco del árbol y ésta será la medida absoluta de la
altura del pino.”
Cipriano de Arribas y Sánchez
A través de las islas Canarias
miércoles, 19 de diciembre de 2012
Que reste-t-il de nos amours?
Ce soir le vent qui frappe à ma porte
me parle des amour mortes
devant le feu qui s'éteint.
Ce soir c'est une chanson d'automne
dans la maison qui frissonne
et je pense aux jours lontains.
Que reste-t-il de nos amours?
Que reste-t-il de ces beaux jours?
Une photo, vieille photo, de ma jeunesse.
Que reste-t-il des billets doux,
des mois d'Avril, des rendez-vous?
Un souvenir qui me poursuit sans cesse.
Bonheur fanè, cheveux au vent
baisers volès
rêves mouvants
que reste-t-il de tout cela
dites-le-moi?
Un petit village
un vieux clocher
un paysage
si bien cachè
et dans un nuage
le cher visage
de mon passè.
Les mots, les mots tendres qu'on murmure
les caresses les plus pures
les serments au fond de bois
les fleurs qu'on retrouve dans un livre
dont le parfum vous enivre
se sont envolè, pourquoi?
me parle des amour mortes
devant le feu qui s'éteint.
Ce soir c'est une chanson d'automne
dans la maison qui frissonne
et je pense aux jours lontains.
Que reste-t-il de nos amours?
Que reste-t-il de ces beaux jours?
Une photo, vieille photo, de ma jeunesse.
Que reste-t-il des billets doux,
des mois d'Avril, des rendez-vous?
Un souvenir qui me poursuit sans cesse.
Bonheur fanè, cheveux au vent
baisers volès
rêves mouvants
que reste-t-il de tout cela
dites-le-moi?
Un petit village
un vieux clocher
un paysage
si bien cachè
et dans un nuage
le cher visage
de mon passè.
Les mots, les mots tendres qu'on murmure
les caresses les plus pures
les serments au fond de bois
les fleurs qu'on retrouve dans un livre
dont le parfum vous enivre
se sont envolè, pourquoi?
martes, 18 de diciembre de 2012
Un hecho tan funesto
Creía ver un Elefante,
un Elefante que tocaba el pífano;
mirando mejor vio que era
una carta de su esposa.
"¡De esta vida, finalmente -dijo-
siento la amargura!"
Creía descubrir un Búfalo
instalado sobre la chimenea;
mirando mejor vio que era
la sobrina de su cuñado.
"¡Sal de aquí -dijo-
o llamo a la policía!"
Creía ver una Serpiente de cascabel
que le interrogaba en griego;
mirando mejor vio que era
la mitad de la próxima semana.
"¡Lo único que siento -dijo-
es que no pueda hablar!"
….
Creía ver una Inferencia
demostrando que él era el Papa.
Mirando mejor vio que era
un pedazo de jabón de mármol.
"¡Dios mío -dijo-, un hecho tan funesto
destruye toda esperanza!".
mirando mejor vio que era
una carta de su esposa.
"¡De esta vida, finalmente -dijo-
siento la amargura!"
Creía descubrir un Búfalo
instalado sobre la chimenea;
mirando mejor vio que era
la sobrina de su cuñado.
"¡Sal de aquí -dijo-
o llamo a la policía!"
Creía ver una Serpiente de cascabel
que le interrogaba en griego;
mirando mejor vio que era
la mitad de la próxima semana.
"¡Lo único que siento -dijo-
es que no pueda hablar!"
….
Creía ver una Inferencia
demostrando que él era el Papa.
Mirando mejor vio que era
un pedazo de jabón de mármol.
"¡Dios mío -dijo-, un hecho tan funesto
destruye toda esperanza!".
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Canción del Jardinero Loco
Lewis Carroll
Sylvie and Bruno
domingo, 16 de diciembre de 2012
sábado, 15 de diciembre de 2012
La eternidad no te conoce
"Y vaciado el reloj de arena, el reloj de arena terrestre, y apagados todos los ruidos del siglo, y terminada nuestra agitación forzada y estéril, cuando alrededor tuyo todo sea silencio, como la eternidad, hombre o mujer, rico o pobre, subalterno o señor feliz o desventurado -haya llevado tu cabeza el brillo de la corona o, perdido entre los humildes, no hayas tenido más que penas y las fatigas de los días; se celebre tu gloria mientras dure el mundo u olvidado, sin nombre, sigas a la muchedumbre innúmera anónimamente; hayas superado el esplendor que te envolvió toda descripción humana, o los hombres te hayan herido con sus más duros o envilecedores juicios-, quienquiera que haya sido, contigo como con cada uno de tus millones de semejantes, la eternidad sólo se interesará por una cosa: si tu vida fue o no desesperación y si, desesperado, no sabías que lo estabas, o si ocultabas en ti esa desesperación como una secreta angustia, como el fruto de un amor culpable o, también, si experimentando horror y, por lo demás, desesperado, rugías de rabia. Y si tu vida no ha sido más que desesperación, ¡qué importa entonces lo demás! Victorias o derrotas, para ti todo está perdido; la eternidad no te ha reconocido como suyo, no te ha conocido o, peor aún, identificándote, ¡te clava a tu yo, a tu yo de desesperación!"
Sören Kierkegaard
Tratado de la desesperación
Sören Kierkegaard
Tratado de la desesperación
viernes, 14 de diciembre de 2012
Pasta valenciana
“El origen de esta pasta se debe, como otros tantos
inventos, a un hecho fortuito, cuyos resultados no los intentaba su autor.
Cuéntase que un monje, haciendo determinadas experiencias de ácidos sobre
pieles, con una de estas tapono una pila y al destaparla pudo observar que por
la acción del agua sobre los ácidos de la piel apareció jaspeada con variedad
de dibujos. Desde entonces fue adoptado este nuevo procedimiento sobre aquella
experiencia para pintar las pieles con variadísimos tonos y colores.”
Elías Olmos Canalda
La encuadernación en Valencia
Elías Olmos Canalda
La encuadernación en Valencia