miércoles, 30 de junio de 2010

Luis Pancorbo



Este señor es Luis Pancorbo.
No todo el mundo puede ser Luis Pancorbo.

martes, 29 de junio de 2010

India, primera mirada

Ignacio Jáuregui escribe muy bien.
Ignacio ha escrito ahora un precioso libro de viajes.

lunes, 28 de junio de 2010

Richard Widmark



Richard Widmark no es Marlon Brando. Richard Widmark no es Robert Redford. Richard Widmark no es Woody Allen. Richard Widmark no es PaulNewman. Richard Widmark no es Harrison Ford. Richard Widmark es Richard Widmark.

sábado, 26 de junio de 2010

Yes

jueves, 24 de junio de 2010

La maldita cosa

Que mira

miércoles, 23 de junio de 2010

Shosta

martes, 22 de junio de 2010

Luvia de verano

lunes, 21 de junio de 2010

A hole in my panties

jueves, 17 de junio de 2010

Penalti



Al hilo de este fragmento de un comentario de Portorosa en su blog: “No lo entiendo; no entiendo esas preferencias, ni mucho menos esos cabreos y esas euforias. Me imagino que estarán estudiados..., se me ocurrió ir a buscar al Google Académico y me topé con la cosa.


Destacaría, entre el fárrago, esta lucidez: “La perspectiva de análisis de la acción de juego de los deportes de equipo, que considera que la situación clave es la posesión o no del balón por parte de uno u otro equipo, esbozada de forma teórica por Teodorescu en el coloquio de Vichy de 1965, y elaborada por Bayer, define dos situaciones claramente diferenciadas y antagónicas en el juego; el equipo que posee el balón es atacante, y el equipo que no posee el balón es defensor.”

Reginald y la Academia

–Uno va a la Academia en defensa propia –dijo Reginald–. Es lo único que tiene en común con los de pueblo.
–Para ellos es casi una peregrinación religiosa –dijo el Otro–. Una especie de Meca artística, y cuando los buenos mueren van...
–Al Chantrey Bequest.°O ‘legado Chantrey’, la elevada suma de dinero que el escultor inglés Francis Chantrey dejó a la Royal Academy para que adquiera obras de arte realizadas en Gran Bretaña, con la idea de crear una colección de arte británico. El misterio es de qué hablan en los pueblos...
–En los pueblos hay dos temas de conversación: los criados y cómo criar aves de corral. El primero es obligado, creo; el segundo, opcional.
–En su función –continuó Reginald–, la Academia es un fracaso.
–¿Crees que sería tolerable sin pinturas?
–Las pinturas están muy bien, a su modo; después de todo, siempre puede uno mirarlas si se aburre con lo que lo rodea o quiere evitar a algún conocido que se acerca.
–Ni aun eso nos salva. Siempre hay una mujer a la que conocimos en Devonshire, o en Matoppo Hills, o donde fuera, que nos aborda observando lo curioso que es que uno se encuentre siempre con conocidos en la Academia. A mí no me parece curioso.
–Eso me pasó hace poco –dijo Reginald en tono de lamento– con una mujer que aseguraba haberme conocido el último verano en Bretaña.
–Espero que no fueras demasiado brusco.
–Le dije simplemente con persuasiva sencillez que el arte de vivir consistía en evitar lo inalcanzable.
–¿Y quiso anotarlo en el reverso del catálogo?
–No en ese momento. Murmuró algo sobre lo «listo» que era. ¡Mira que ir a la Academia a ser listo!
–Ser listo por la tarde significa no salir a cenar por la noche.
–Ahora que lo dices, no recuerdo si acepté una invitación tuya para cenar esta noche en Kettner.
–Pero yo sí recuerdo con asombrosa claridad que no te invité.
–Tamaña seguridad no es propia de un joven; conque en eso quedamos. ¿De qué estabas hablando? Ah, de cuadros. Personalmente, me gustan; son refrescantemente reales y probables, nos sacan de las irrealidades de la vida.
–A uno le gusta escapar de vez en cuando de uno mismo.
–Eso es lo malo de los retratos; nuestros amigos más resentidos pueden no encontrar nada mejor que pedir que la imagen fielmente distinta que pasa a la posteridad como uno mismo. Odio la posteridad... siempre quiere tener la última palabra. Claro que en lo de los retratos hay excepciones.
–¿Por ejemplo?
–Morir antes de que a uno lo retrate Sargent es ir al cielo precozmente.
–Con el debido cuidado e impaciencia, podemos evitar la catástrofe.
–Si vas a ponerte grosero –dijo Reginald–, cenaré contigo mañana también. El principal defecto de la Academia –continuó– son los títulos. Por ejemplo, ¿por qué llamar a lo que se ve claro que es un riachuelo de truchas con un conejo en primer plano, «Sueño de una tarde de paz imperturbada», o algo parecido?
–¿Crees –preguntó el Otro– que un título debe ahorrar descripciones más que estimular la imaginación?
–Bien elegido, debe hacer las dos cosas. Pongo por ejemplo a mi gata: la he llamado Derry.
–Lo único que eso sugiere a mi imaginación son prolongados asedios y conflictos religiosos.°Derry, o Londonderry, es una ciudad de Irlanda del Norte. Es famoso el asedio de 1689. Claro que no conozco a tu gata...
–No seas tonto. Es un bonito nombre, y además la gata responde a él... cuando quiere. Así, cuando por la noche se oye algún ruido poco decente, se puede explicar sucintamente: Derry y Toms.°Derry y ‘gatos machos’.
–Casi podrías cobrar por el ejemplo. Pero aplicado a los cuadros, ¿no crees que tu sistema sería demasiado sutil, digo, para los de pueblo?
–Toda reforma se cobra sus víctimas. No puedes esperar que el cebado becerro comparta el entusiasmo de los ángeles por el retorno del hijo pródigo. Otro de los encantadores fallos de la Academia es que ninguno de sus genios debe «llegar» deprisa. Uno puede verlos viniendo años y años, como un conflicto balcánico o unas obras en la calle, y para cuando han pintado unos mil metros cuadrados de lienzo, su obra empieza a ser reconocida.
–Alguien que no debe ser contradicho dijo que un hombre tiene que haber alcanzado el éxito a los treinta, o nunca.
–Llegar a los treinta –dijo Reginald– es haber fracasado en la vida.



Hector Hugh Munro, «Saki»

Traducción de Juan Manuel Salmerón

Le Chemin de la Joie

miércoles, 16 de junio de 2010

La luna e il capitano

The Carter Family

martes, 15 de junio de 2010

Palomas

jueves, 3 de junio de 2010

El 8º

Madrid, 19 de mayo de 2010
EUROPA PRESS

Los niños que saben decir mentiras tienen mayores probabilidades para prosperar en su vida de adultos que sus coetáneos veraces, según un estudio del Instituto de Estudios sobre el Niño de la Universidad de Toronto, en Canadá, que han investigado esta conducta entre los niños.
"Los procesos cerebrales de formular una mentira son un indicador de la inteligencia del niño", ha señalado el doctor Kang Lee, director del instituto.
Tras analizar la conducta de 1.200 niños y adolescentes de 2 a 17 años, los expertos canadienses han llegado a la conclusión de que aquellos que aprendieron a mentir desde tierna edad, más tarde alcanzaron un desarrollo más notable.
Para ello, han realizado una prueba de honestidad en la que los adultos pedían a los chicos no echar un vistazo al juguete colocado a sus espaldas y dejaban a los niños solos en la habitación. Al regresar, los preguntaban si cumplieron lo que se les había pedido y comprobaban la respuesta con la grabación de un vídeo.
La capacidad de mentir la han mostrado "uno de cada cinco niños de dos años de edad. Entre los de cuatro años, nueve de cada diez chicos. A los 12 años, la aspiración a mentir registra indicadores máximos", ha explicado Lee.
No obstante ha asegurado que los padres "no deben alarmarse al notar que el niño miente, no llegará a ser un mentiroso patológico" y ha añadido que, "casi todos los niños mienten", lo que es "una señal de haber alcanzado un nivel más alto en su desarrollo".
En este sentido, expertos del Museo de la Ciencia de Londres han afirmado en el diario británico 'The Daily Telegraph' que "el hombre miente tres veces al día, como término medio, y la mujer, dos".
Además, han explicado que la gente miente antes a otras personas que a su madre (el 25% de los hombres y el 20% de las mujeres). Igualmente, al mentir, las mujeres experimentan remordimientos de conciencia, el 82 por ciento de los casos, y los hombres, en el 70 por ciento. Sobre las razones para mentir, el 75 por ciento de los encuestados afirman que lo han hecho para no herir los sentimientos de una persona.

miércoles, 2 de junio de 2010

Velero