sábado, 26 de marzo de 2011

Lem

“Es de toda evidencia, pues, que no vale la pena esforzarse por conseguir un incremento de la potencia energética. La motivación de la asimetría del transcurso del tiempo estriba en las razones parecidas a las precedentes. Si el tiempo fuera reversible, y si la inversión de su curso pudiera realizarse con la ayuda de medios y fuerzas suficientes, volveríamos a la situación de predominio de un Jugador sobre los otros (en este caso, gracias a la posibilidad de anular todos sus movimientos). Por consiguiente, las tres alternativas del Cosmos mencionadas —el primero, desprovisto de la facultad de dilatarse, el segundo, carente de la barrera de la velocidad, y el tercero, con el tiempo reversible— no permiten la plena estabilización del Juego. Y, sin embargo, se trataba precisamente de estabilizarlo normativamente: éste es el cometido de los movimientos de los Jugadores incorporados en la estructura de la materia. No cabe la menor duda de que el impedimento de toda perturbación y agresión realizado por la física establecida representa un medio mucho más seguro y radical que todos los otros sistemas de seguridad (disposiciones jurídicas, amenazas, controles, obligaciones, restricciones, castigos, etc.).
Así, el Cosmos constituye una pantalla absorbente respecto a los que alcanzan el nivel del Juego para participar en él con plena igualdad de derechos, pero siempre sujetos a unas normas establecidas que deben acatar. Los Jugadores se privaron del lazo semántico, porque su sistema de comunicación consiste en unos métodos que imposibilitan cualquier infracción de las reglas del Juego. Los Jugadores se privaron del lazo semántico, porque las distancias que crearon y fijaron entre ellos son tan enormes que el tiempo necesario para conseguir una información de importancia estratégica sobre el estado de otros Jugadores, es siempre mayor que el tiempo de validez de la táctica actual del Juego. Aunque uno de ellos «conversara» con los Jugadores vecinos, obtendría siempre unas noticias ya desactualizadas en el momento de su consecución. Por lo tanto, en el Cosmos no puede haber grupos antagónicos, conspiraciones, centros de autoridad local, coaliciones, conjuras, etc. Si los Jugadores no se hablan, es porque ellos mismos lo hicieron imposible: era uno de los cánones del Juego, es decir, de la Cosmogonía. He aquí la aclaración de una parte del enigma del Silentium Universi. No podemos captar las conversaciones cósmicas porque los Jugadores guardan silencio de acuerdo con sus planes estratégicos.”

Vacío perfecto
Stanislaw Lem

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