Luz roja
Niégate. El viejo, veinte años
cuando se construyó la cárcel, todavía se ríe,
aunque sus labios están congelados. Algún día, bien pronto, dice, voy a dormir para no despertar.
Le dices que no, pero sabes que estás hablando contigo mismo.
El coche que te trajo aquí todavía funciona.
El dinero con el que pagaste la comida,
no importa de dónde haya salido, es dinero legal;
y la chica que sirve los platos es delgada y su pelo ilumina la pared como una luz roja.
Richard Hugo
Fotografía : Bryan Schutmaat
cuando se construyó la cárcel, todavía se ríe,
aunque sus labios están congelados. Algún día, bien pronto, dice, voy a dormir para no despertar.
Le dices que no, pero sabes que estás hablando contigo mismo.
El coche que te trajo aquí todavía funciona.
El dinero con el que pagaste la comida,
no importa de dónde haya salido, es dinero legal;
y la chica que sirve los platos es delgada y su pelo ilumina la pared como una luz roja.
Richard Hugo
Fotografía : Bryan Schutmaat
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