miércoles, 9 de enero de 2013

Canto fúnebre



Una brisa mece los pinos,
         y debajo
ni un soplo de viento desatado;
inmóvil como el musgo que brilla
en el suelo y dibuja las líneas
de las raíces aquí y allá,
el pino deja caer sus hojas muertas;
y quedan quietas, como bajo el mar.
Y allá arriba, en lo alto,
acometen vientos y vida,
mientras las nubes se persiguen sin tregua;
        y vivimos,
y caemos como los frutos del árbol,
también nosotros,
también así.


 
Canto fúnebre en el bosque  
George Meredith

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