miércoles, 26 de octubre de 2011

Impulsos primitivos, salvajes y malignos

Viena, 28 de diciembre de 1914

Distinguido colega:

Esta guerra hace que me atreva a recordarle dos tesis sustentadas por el psicoanálisis que indudablemente han contribuido a su impopularidad.
Partiendo del estudio de los sueños y las acciones fallidas que se observan en personas normales, así como de los síntomas de los neuróticos, el psicoanálisis ha llegado a la conclusión de que los impulsos primitivos, salvajes y malignos de la humanidad no han desaparecido en ninguno de sus individuos sino que persisten, aunque reprimidos, en el inconsciente (para emplear el término de nuestro lenguaje, y que esperan las ocasiones propicias para desarrollar su actividad). Nos ha enseñado también que nuestro intelecto es una cosa débil y dependiente, juguete e instrumento de nuestras inclinaciones pulsionales y afectos, y que todos nos vemos forzados a actuar inteligente o tontamente según lo que nos ordenan nuestras actitudes y resistencias internas.
Ahora bien, si repara usted en lo que está ocurriendo en esta guerra -las crueldades e injusticias causadas por las naciones más civilizadas, el diferente criterio con que juzgan sus propias mentiras e iniquidades y las de sus enemigos, la pérdida generalizada de toda visión clara de las cosas-, tendrá que confesar que el psicoanálisis ha acertado en esas dos tesis.
Es posible que no haya sido totalmente original en ello; son muchos los pensadores y los estudiosos de lo humano que han formulado afirmaciones semejantes a estas; pero nuestra ciencia las ha elaborado detalladamente, empleándolas a la vez para descifrar muchos enigmas de la psicología.
Confío en que volveremos a vernos en tiempos mejores. Suyo cordialísimo,

Sigmund Freud


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Carta de Sigmund Freud a Frederick van EedenVan Eeden.

2 comentarios:

Blogger Portarosa ha dicho...

Pues sí, así es.

(Menos mal que pone usted algo que no sea un vídeo. ¡Que yo en el trabajo no los puedo ver!)

26 de octubre de 2011, 12:19  
Blogger QuiaSint ha dicho...

Las cosas escritas están condenadas al viático y la extremaunción.

26 de octubre de 2011, 13:53  

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