sábado, 4 de diciembre de 2010

Jael





Sísara pidió agua; ella le dio leche: le ofreció cuajada en taza de príncipes. Extendió su mano hacia la estaca, y su derecha, hacia el martillo de los trabajadores. Martilló a Sísara, le partió la cabeza, le machacó y le atravesó la sien.

Libro de los Jueces

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