Sobre las lecturas veraniegas, NáN, poco o nada que comentar. Salí disparado hacia la playa, de modo que no tuve tiempo de pasarme por la librería. Me eché en la maleta dos libritos que había maleído cuando los compré: “El joven audaz sobre el trapecio volante”, de William Saroyan, y “Matromino por interés y otros relatos”, de Mijail Soschenko, ambos de Acantilado; así como “El collar de la paloma”, de Ibm Hazm. Este último, en edición de 1979, cuando lo compré, me ha permitido comprobar cómo cambiamos las personas: los subrayados de entonces no me dicen apenas nada, mientras que ahora he encontrado fragmentos que me parecen de mayor valor. Además, he leído el prólogo de Ortega, cosa que en su momento no hice (de joven odiaba los proemios). Acarreé también con el tomazo de la prosa completa de Valle-Inclán (Espasa), en este caso con la intención de leer Tirano Banderas, objetivo del que tuve que desistir por falta de tiempo.
De Acantilado, pocas cosas malas pueden salir. Lo de los subrayados es como una cápsula de tiempo. Hubo un tiempo en el que en la segunda lectura subrayaba en otro color. Lo dejé para no volverme loco con la diferencia.
3 comentarios:
Culito veo, culito quiero.
Sobre las lecturas veraniegas, NáN, poco o nada que comentar. Salí disparado hacia la playa, de modo que no tuve tiempo de pasarme por la librería. Me eché en la maleta dos libritos que había maleído cuando los compré: “El joven audaz sobre el trapecio volante”, de William Saroyan, y “Matromino por interés y otros relatos”, de Mijail Soschenko, ambos de Acantilado; así como “El collar de la paloma”, de Ibm Hazm. Este último, en edición de 1979, cuando lo compré, me ha permitido comprobar cómo cambiamos las personas: los subrayados de entonces no me dicen apenas nada, mientras que ahora he encontrado fragmentos que me parecen de mayor valor. Además, he leído el prólogo de Ortega, cosa que en su momento no hice (de joven odiaba los proemios). Acarreé también con el tomazo de la prosa completa de Valle-Inclán (Espasa), en este caso con la intención de leer Tirano Banderas, objetivo del que tuve que desistir por falta de tiempo.
De Acantilado, pocas cosas malas pueden salir. Lo de los subrayados es como una cápsula de tiempo. Hubo un tiempo en el que en la segunda lectura subrayaba en otro color. Lo dejé para no volverme loco con la diferencia.
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