viernes, 14 de agosto de 2009

Aceite de ámbar

Digiere una libra de ámbar triturado en una libra de vino blanco. Luego añade un puñado de sal preparada y destila, observando los grados del fuego, en una retorta. Se rectifica destilando dos veces con sal solamente.
Usos: Este aceite fue llamado sagrado en otro tiempo por sus fuerzas extraordinarias que manifiesta, no solo por sí mismo sino también mezclado con otros, en la epilepsia, en la apoplejía, en la melancolía, en el espasmo, en el vértigo, en la peste, en el cálculo, en los derrames fríos de la cabeza, en las palpitaciones del corazón, en las caídas de ánimo, en la ictericia, en la dificultad para respirar, en la retención de orina, en el parto difícil, en las estrangulaciones del útero, en las retenciones de la menstruación, en el flujo blanco de la matriz y en los gusanos.

Tyrocinium Chymicum
Jean Beguin
París, 1610

3 comentarios:

Blogger Luna ha dicho...

Hola, hola...
Beguin no tiene nada para las agujetas desde los pies a la cabeza?

Te he traido jamón.

15 de agosto de 2009, 12:00  
Blogger NáN ha dicho...

ah!, para los gusanos me va a venir estupendamente. ¡A ver si se enteran de que estoy vivo todavía, que son unos torpes conceptualmente hablando!

17 de agosto de 2009, 10:56  
Blogger NáN ha dicho...

Todo tiene su tiempo. ¡Hasta me han desaparecido los gusanos de mis reservas de mezcal!

Creo conveniente el abandono temporal de la química. Aunque no soy nadie, ya lo sé. Pero soy así. Tengo ese pronto. Que me pierde.

20 de agosto de 2009, 16:38  

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