martes, 18 de junio de 2013

Meretriz

Esta mañana, en Dios y enhorabuena,
salí de casa y víneme al mercado;
vi un ojo negro al parecer rasgado,
blanca la frente y rubia la melena.

Llegué y le dije: "Gloria de mi pena,
muerto me tiene vivo tu cuidado.
Vuélveme el alma, pues me la has robado
con ese encanto de áspid o sirena".

Pasó, pasé, miró, miré, vio, víla;
dio muestras de querer, hice otro tanto;
guiñó, guiñé, tosió, tosí, seguíla;

fuese a su casa, y sin quitarse el manto,
alzó, llegué, toqué, besé, cubríla,
dejé el dinero y fuime como un santo.




Fray Damián Cornejo

1 comentarios:

Blogger it ha dicho...

ja, ja, jaaaa.... poesión! Peazo poema!

19 de junio de 2013, 12:08  

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