Soldurios
“Estando todos los nuestros
ocupados en esto, he aquí que sale por la otra parte de la ciudad su gobernador Adiatuanus con seiscientos de su devoción, a quienes llaman ellos soldurios. Su
profesión es participar de todos los bienes de aquellos a cuya amistad se
sacrifican, mientras viven, y si les sucede alguna desgracia, o la han de
padecer con ellos, o darse la muerte, y jamás hubo entre los tales quien,
muerto su dueño, quisiese sobrevivirle.”
Guerra de las Galias
Cayo Julio César
5 comentarios:
Que sí! Que lo de los soldurios está muy bien... que no te digo yo que no. Pero que mires ésto que he encontrado. Dime si no es una preciosidad!
JULIO HUASI nació en Buenos Aires el 20 de marzo 1935.
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Libros publicados: Sonata popular en Buenos Aires (1959), Yanquería (1960), Los increíbles (1965).
INCREIBLE DE LA MOROCHA
subida al pedestal de tus tacos
qué reina sos morocha en llamas
por el mar de la tarde entre olas de luz
va tu melena color buenosaires
carnaval de mis ojos te ataco rezo
leona pantera loba y gata mía
claveles bravos en tu sangre milonguean
quiero acostarme con la libertad
de tus dos gaviotas insurgentes
barcos de amor navegan tus caderas
mi gitano mi reo mi pirata
al abordaje los filibusteros
disputan su timón sus bellos puentes
tu cintura dulce en la tempestad
dúo de potras nocturnas tus ojos
lanzan sirenas ardientes música
para el esbelto furor de tus piernas
por tu espalda de jazmines llueven lunas
sobre tus hemisferios de fuego brujo
inundan de temblor todo el crepúsculo
te espero esta noche en la esquina del delirio
vendré con los albatros y la revolución
para ponerlos a tus senos morocha
y hagan como los malvones y los peces.
Luisi de Alicante
Era el verano de Alicante.
Ella
sola
era todo Alicante
y era todo el verano.
Desbordaba del lecho con olas rosicleres
de carne, rollos de carne por lo visto
no imposibles y no deformes,
mareas armoniosas
de muslos, antebrazos, mejillas,
pechos universales, desfile suntuario
de carne y carne y carne, caucho tibio,
silencioso, aplicado,
multiplicadamente removiéndose
de los pies a la cabecera,
sumiéndote en un mar soberano de carne
activa, en marcha, maestra en todo,
un tren de carne que no acabara nunca de pasar,
sabiamente tenaz, indetenible
tren circular de astutos cambios, inversiones
inesperadas y eficaces
paradas, aceleraciones,
el azabache de los ojos
entrevisto y perdido al instante por aquellos
bultos afortunados, masas, nubes
de carne limpia y bien distribuida
cubriendo el mundo, toda
trabajadora, atenta, nata
apretada, punzantes pezones
igual que caperuzas de bolígrafo
como animales vivos, independientes,
redondas ancas ecuménicas,
espalda sin fin, súbitas,
mullidas asperezas del pubis:
carne enmudecedora y cegadora,
carne ensordecedora aunque callada
como lana gomosa en que te hundieses y te hundieses,
como si las Tres Gradas de Rubens
se fundieran en una y dispusieran a agotar sus eros
en ti, casi a parirte.
O más:
como si aprovechando las fiestas y el estío
hubiera el Mare Nostrum consignado a la casa de putas
aquella de Alicante
el Estado Mayor de las diosas calientes.
Fernando Quiñones
Empate a uno.
:-D
Después de tirarme de la risda me cuelo a desempatar con un clásico.
De cierta dama que a un balcón estaba
pudo la media y zapatillo estrecho
poner el lacio espárrago a provecho
de un tosco labrador que la acechaba.
Y ella, cuando advirtió que la miraba,
la causa preguntó del tal acecho;
el labrador la descubrió su pecho,
diciendo lo que vía y contemplaba.
Mas ella, con alzar el sobrecejo,
le dijo con melindre: -«Aquesto, hermano,
no es más de ver y desear la fruta».
El labrador, sacando el aparejo,
le respondió, tomándolo en la mano:
-«¡Pues ver y desear, señora puta!».
Quevedo
Eso, quedida Foster, es trampa. Estábamos aquí en una batallita de armamento ligero, y llega usted y saca la artillería pesada.
:-D
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