No hace mucho estuve observando el comportamiento de un grupo de gatos. Me resultó enigmático. Eran cuatro. Serían sobre las cuatro o las cinco de la madrugada, en la explanada de un parque junto a mi casa. Me había desvelado y salí a la galería a fumar un cigarro. Venían caminando en fila india, separados como un par de metros uno de otro, en una distancia que se me antojó casi milimétrica. De pronto, el primero se paró. A renglón seguido lo hicieron los demás; todos menos el último, que siguió su andadura, hasta situarse a la cabeza de la fila. Cuando alcanzó los dos metros de delantera, la comitiva volvió a ponerse en marcha. Al poco, repitieron la maniobra: paró el primero, luego los dos siguientes; el último se colocó en cabeza y entonces reemprendieron el camino. Esperaba ver el espectáculo por tercera vez, cuando un coche pasó a toda velocidad por una calle cercana y deshizo la ceremonia. Me quedé perplejo, sin alcanzar a comprender aquella extraña conducta.
---- No puedo hacerte el favor que me pides: no sé cómo se editan los mensajes, así que la tilde impropia ahí se queda. Las cosas imperfectas son más humanas ¿no crees?
3 comentarios:
El mío perseguía con la pata los balones que sálían en la tele.
Criatura...
Borre usted la tilde que sobra. Hágame el favor.
No hace mucho estuve observando el comportamiento de un grupo de gatos. Me resultó enigmático. Eran cuatro. Serían sobre las cuatro o las cinco de la madrugada, en la explanada de un parque junto a mi casa. Me había desvelado y salí a la galería a fumar un cigarro. Venían caminando en fila india, separados como un par de metros uno de otro, en una distancia que se me antojó casi milimétrica. De pronto, el primero se paró. A renglón seguido lo hicieron los demás; todos menos el último, que siguió su andadura, hasta situarse a la cabeza de la fila. Cuando alcanzó los dos metros de delantera, la comitiva volvió a ponerse en marcha. Al poco, repitieron la maniobra: paró el primero, luego los dos siguientes; el último se colocó en cabeza y entonces reemprendieron el camino. Esperaba ver el espectáculo por tercera vez, cuando un coche pasó a toda velocidad por una calle cercana y deshizo la ceremonia. Me quedé perplejo, sin alcanzar a comprender aquella extraña conducta.
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No puedo hacerte el favor que me pides: no sé cómo se editan los mensajes, así que la tilde impropia ahí se queda. Las cosas imperfectas son más humanas ¿no crees?
Un abrazo.
S.
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